La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
CELEBRACIÓN DEL DOMINGO DE PASCUA
Se celebra con una misa solemne en la cual se enciende el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes.
En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama "del encuentro". En ésta, un grupo de personas llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de la alegría de ver vivo al Señor.
En algunos países, se acostumbra celebrar la alegría de la Resurrección escondiendo dulces en los jardines para que los niños los encuentren, con base en la leyenda del "conejo de pascua"
La costumbre más extendida en el mundo, para celebrar la Pascua, es la de regalar huevos de dulce o chocolate a los niños o amoigos.
A veces, ambas tradiciones se combinan y así, el buscar huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo resucitado.
LA TRADICIÓN DE LOS "HUEVOS DE PASCUA"
El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado y los ponían como adornos en susu casas.
Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año,la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de éstos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el Dia de Pascua salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús.
Uno de estos primeros cristianos, se acordó un día de Pascua, de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les gustó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Cristo resucitó.
Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua, que son los que regalamos hoy en día.
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